¿En dónde queda el maestro con la utilización de la IA?

Dr. Jesús Cárdenas Nieto

Profesor titular de la asignatura de Proyectos de Investigación del Colegio Humanístico de Estudios Superiores Zalaya

En cierta ocasión cuando daba mi clase sobre los estilos de enseñanza a lo largo de la historia a mis alumnos de posgrado, les mostraba que en la antigüedad el conocimiento se trasmitía de un maestro a sus discípulos de manera personal y directa; prácticamente el maestro se constituía como el centro del saber, no había ninguna fuente adicional que pudiera darles más información. Después de varios años y con la llegada de la imprenta, el conocimiento había sobrepasado la barrera de lo personal y se erigía al mundo para que la información de los maestros pudiera llegar a mas personas, y sobre todo poder volver a repasar la información por parte del estudiante, con el número de sesiones de lectura que así lo consideraba.

En el transcurso de los años, y ya centrados en la contemporaneidad, encontramos a los maestros todavía como centro del conocimiento, pero apoyados con la información que le proporcionaban los libros, y así transmitir, consultar y orientar sobre determinada disciplina; e inclusive como guía de estudio para él y sus alumnos.

A mediados de los 80s, tuve la oportunidad de tener una computadora, la cual me fue proporcionada por mis padres, con el objetivo de mejorar mis notas en la escuela; esto parecía una maravilla, pero ese encantamiento, no duró mucho tiempo, ya que esta llamada PC, necesitaba utilizar un idioma de computadora para poder entendernos, y así lograr programarla para que pudiera realizar determinadas acciones que permitirían guardar un archivo que contenía la información que yo iba construyendo; esta situación no me pareció que me fuera a servir para mejorar mis calificaciones y hacer trabajos de mejor calidad. En ese momento el maestro se mantenía como centro del conocimiento y como ya se mencionó, apoyándose en textos impresos.

En los 90s se había desarrollado más las tecnologías de la información, a tal grado de que las computadoras ya hacían lo que deberían hacer, que es dar forma automática al estilo del documento que uno quería elaborar, y para la construcción de un resumen o ensayo teníamos la posibilidad de utilizar una herramienta adicional para la búsqueda de información, llamada internet. Esto ayudaba mucho a realizar estos trabajos simplificando al máximo su elaboración, ya que era localizar la información, seleccionarla, copiarla, pegarla e imprimirla, y ya teníamos el trabajo de investigación solicitado por el maestro. En esta etapa se rompía el paradigma establecido; el maestro ya no era el centro del conocimiento, era sustituido por una llamada red mundial de la información; lo cual generó en ese momento un nuevo paradigma, que consistía en que si la información proporcionada por la red podría considerarse válida para fines académicos; ya que la mayoría de los documentos carecían de especificaciones de método y autoría.

En la actualidad, la información se obtiene de distintas plataformas de internet; cuenta con el respaldo de centros de estudios, o editoriales, que validan el método, contenidos y autorías en muy distintos temas. En esta etapa el maestro se convierte en un facilitador y guía para la obtención y canalización del conocimiento hacia el alumno. Claro está, que todavía existen docentes que mantienen una postura de ser ellos el centro del conocimiento, pero esta fórmula ya no funciona par estos tiempos.

Ahora en la época de la inteligencia artificial, también conocida como I.A. nos encontramos nuevamente al borde de romper el anterior paradigma, ya que la I.A. va más allá de copia y pega, generando toda una estructuración sobre los temas buscados; con una narrativa impecable y un grado de correlación de fuentes muy precisa. Entonces el alumno se centra en diseñar los parámetros e indicadores que requiere para obtener un producto académico muy profesional y completo. En esta parte el maestro es sustituido totalmente en sus funciones de orientador y guía en la canalización del conocimiento. Por ello el intelecto humano debe adaptarse y aprovechar las nuevas tecnologías a su favor., pero la pregunta obligada sería: ¿Dónde queda el maestro con la utilización de la I.A.?.

Podemos dar algunas respuestas reflexivas a esta situación, considerando que la figura del maestro a través de los años ha evolucionado y este debe seguir adaptándose a las nuevas realidades; en consecuencia, mis reflexiones son las siguientes: 

• El maestro debe orientar su capacitación para adquirir todo el conocimiento que se relacionen con la utilización de plataformas digitales, y poder analizar sus contenidos, orientando al alumno sobre la validez de la información.

• El maestro debe adentrarse a conocer todas las Apps de inteligencia artificial con el objetivo de acompañar a sus alumnos y obtener los mejores resultados.

• El maestro debe concentrarse con independencia de las plataformas digitales y Apps de inteligencia artificial, que sus alumnos adquieran un conocimiento útil para su vida, ya que no se trata de elaborar y entregar trabajos impecables, sino que el alumno adquiera ese conocimiento y desarrolle sus competencias en el Saber, el Hacer y el Comunicar, para formarse en una persona con alto valor cognitivo.

En suma, tenemos que el maestro es una figura que evoluciona constantemente, y debe transitar de acuerdo con los cambios que se presentan, y ser un medio de transformación positiva del individuo, con la visión de los antiguos maestros griegos y con adaptación de las nuevas tecnologías.